Solo, en la nada, el hombre es una estrella perdida, rasgada de silencio en el infinito, sin luz ni sentimientos. Se traslada po...
Solo, en la nada,
el hombre es una estrella perdida, rasgada de silencio en el infinito, sin luz ni sentimientos.
Se traslada por la vida con un dolor en el alma, sin sentir la calidez de una caricia amable.
El eco de su pasado permanece muy lejano, ya no clama por ilusiones en las graderías del cielo.
Pues se han ido, con el aire y con la vergüenza, el amor y los entresijos acogedores de su memoria.