MARIONETAS-TITERES-GUIÑOL LOS CRISTOBITAS - CHOPITO Y CHAPORRO En la época de mi madre en Las Alcaravaneras, les lla...
MARIONETAS-TITERES-GUIÑOL
LOS CRISTOBITAS - CHOPITO Y CHAPORRO
En la época de mi madre en Las Alcaravaneras, les llamaban
"LOS CRISTOBITAS" luego paso a ser "LAS MARIONETAS" y famosa fue el de "CHOPITO Y CHAPORRO".
MARIONETAS
Una marioneta o un títere es una figurilla o muñeco de trapo, madera o cualquier otro material, usado para representar obras de teatro.
La palabra marioneta indica sobre todo el habla de estos personajillos. En francés, une marionette era un clérigo que en las representaciones religiosas donde aparecía la virgen, aportaba su voz haciéndola aguda para que pareciese femenina. Las marionetas hablan siempre con una voz aguda, chillona y falsa; salvo los personajes malvados que hablan con voz grave pero igualmente falsa. Se suele usar indistintamente el nombre de marioneta y el de títere. La palabra títere es onomatopéyica, quizás por el ti-ti que hacían los actores con un pito, al mismo tiempo que movían los muñecos mientras otra persona, desde fuera, describe e interpreta lo que el titiritero quiere trasmitir. Covarrubias en su diccionario lo describe así:[1]
Títeres son ciertas figurillas que suelen traer extranjeros en unos retablos que, mostrando tan solamente el cuerpo de ellos, los gobiernan como si ellos mismos se moviesen, y los maestros que están dentro, detrás de un repostero y del castillo que tienen de madera, están silbando con unos pitos, que parecen hablar las mesmas figuras; y el intérprete que está acá fuera declara lo que quieren decir, y porque el pito suena ti ti, se llaman títeres.
El uso de los muñecos o títeres era conocido entre los griegos, que las llamaban neurospasta, palabra que significa objeto puesto en movimiento por cuerdecitas y la cual expresaba la naturaleza de la cosa. Aristóteles habla de ellos cuando dice que si aquellos que hacen mover figuritas de madera tiran el hilo que corresponde a éste o al otro de sus miembros, éste obedece al momento. Se ve, continúa, cómo mueven la cabeza, los ojos, las manos; en una palabra, parece una persona viva y animada.
Tales eran los títeres o figuritas de que se servían los romanos para divertir y entretener al público y de los cuales habla Horacio. Figuras que, sin duda, habían tomado los romanos de los griegos.
El mundo de las marionetas
os profesionales de las actuaciones con marionetas se llamaron desde un principio titiriteros, porque manejaban el títere. Los titiriteros actuaban por lo general al aire libre, en corrales, o en los interiores de los mesones. En el Siglo de Oro español (de mediados del siglo XVI a mediados del siglo XVII) la palabra titiritero amplió su campo semántico y empezó a aludir no sólo a los artistas de marionetas sino a los saltimbanquis, acróbatas, prestidigitadores y volantineros. Ser titiritero en esta época implicaba cualquiera de estas actividades.
En los siglos XVIII y XIX la palabra títere incluye una nueva diversión: espectáculos realizados con la linterna mágica.
Paralelo a estas actividades de los titiriteros, surge una serie de connotaciones negativas para la palabra pues se relaciona en muchos casos a estas personas con aquellos que viven en los caminos y se sustentan tan sólo de las acrobacias.
También se les confundía o asimilaba en muchos casos con el charlatán. La figura del charlatán del siglo XVIII es un falso médico, con remedios falsos que lo curan todo. Encandilaban con su charla a los espectadores, tanto en espacios abiertos como en los salones donde eran invitados; estas personas tenían a gala el desprecio de los conocimientos antiguos y aseguraban que los suyos, más modernos, eran los que tenían valor. Eran profesionales de la palabra y con ella embaucaban y deslumbraban a su público. Hasta tal punto se apoderaron de la palabra títere que con ellos surgió la titeretería, el arte o la ciencia de los charlat.
El mundo de la cultura y las marionetas
El arte de actuar con las marionetas o títeres cobró una gran importancia desde fines del siglo XVIII y todo el XIX, importancia que seguiría también en los siglos siguientes. Escritores y músicos prestaron especial atención a este mundo de fantasía y le dedicaron su tiempo y su trabajo. La fascinación y el entusiasmo por aquellos muñecos y sus movimientos fueron en aumento.
El poeta y dramaturgo alemán Goethe (1749-1832), publicó 3 dramas con el título genérico Teatro moral y de marionetas recién abierto.
Los músicos Gluck (1714-1787) y Franz Joseph Haydn (1732-1809), compusieron en Austria varias obras para estos teatrillos.
En el año 1846, la escritora francesa George Sand (Amandine Aurore Lucie Dupin, baronesa Dudevant, 1804-1876), ayudada de su hijo Maurice, creó su propio teatro de marionetas en el castillo de Nohant, en Francia (donde había pasado su infancia). Entre los dos fabricaban los muñecos, Maurice esculpía las cabezas y la escritora confeccionaba los vestidos. Llegaron a tener más de 200. Colaboraron en este entretenimiento los distintos artistas Delacroix (pintor, 1798-1863), Honoré de Balzac (escritor, 1799-1850), y los músicos Georges Bizet (1838-1875), Musset y Liszt.
Poco a poco fueron surgiendo locales minoritarios de los que quedan algunos documentados como los del barrio de Montmartre en París, Le Chat Noir (donde trabajaban con sombras chinescas ) y Petit-Théatre (con marionetas de hilos). Las obras que se daban aquí eran de los autores Shakespeare, Aristófanes y Cervantes.
TEATRO O TEATRILLO- TEATRINO
Se denomina teatrillo o teatrino al espacio de representación dentro de o sobre el cual los títeres realizan la representación de sus historias. Generalmente, el teatrino cumple la función de representar el ambiente escénico de la historia. Muchas veces sirve también para ocultar a los titiriteros, a fin de fortalecer la ilusión de que los títeres tienen vida propia.
Al principio de comenzar las representaciones, el teatrillo tomó el nombre de castillo o castillejo, en recuerdo de las primeras representaciones que se hicieron, que consistieron en historias guerreras medievales de las tomas de los castillos.
En el siglo XVII apareció el nombre de retablo para referirse a los castillos anteriores. Tomó el nombre de retablo (palabra de procedencia eclesial) porque las gentes de la Baja Edad Media estaban acostumbrados a entender las historias sagradas de religión mediante las imágenes y pinturas que se exhibían en los retablos de las iglesias, y este modo de presentación fue copiado para que el público siguiera de la misma manera las historias que las marionetas les presentaban. En el capítulo XXV de Don Quijote Cervantes describe muy bien uno de estos retablos, el de Maese Pedro:
Obedeciéronle don Quijote y Sancho, y vinieron donde ya estaba el retablo puesto y descubierto, lleno por todas partes de candelillas de cera encendidas que le hacían vistoso y resplandeciente. En llegando, se metió maese Pedro dentro dél, que era el que había de manejar las figuras del artificio, y fuera se puso un muchacho, criado del maese Pedro, para servir de intérprete y declarador de los misterios del tal retablo: tenía una varilla en la mano, con que señalaba las figuras que salían.´
El guiñol
El guiñol pertenece al mundo de los títeres y marionetas pero tienen sus características propias que le diferencian en gran medida. Su origen es francés, de la ciudad de Lyon. Se cuenta que el creador del guiñol fue un hombre llamado Laurent Mourguet, de profesión dentista en la ciudad de Lyon. Para entretener a sus pacientes y hacerles olvidar el dolor, se inventó unas historias que se representaban en su gabinete, con marionetas de guante que se movían detrás de un mostrador. Esto ocurría hacia el año 1895, poco después de haber estallado la Revolución francesa. Mourguet llegó a ser muy querido por sus contemporáneos y fue perpetuado su recuerdo con un busto levantado en una placita de la ciudad vieja de Lyon.
Los personajes de aquel guiñol eran representaciones de gente del pueblo, con sus aspiraciones, calamidades y problemas, todo ello puesto en tono festivo y crítico para animar y entretener a los espectadores, grandes y chicos. El personaje central se llamaba Guiñol (Guignol), que prestó su nombre a perpetuidad para este tipo de representaciones.
Guignol es un canut, es decir un trabajador en una fábrica de hilos de seda. Siempre va vestido con una chaqueta corta, un bonete y una trenza. Su mujer se llama Madelon y va ataviada con un pañuelo a la cabeza. Hay un tercer personaje llamado Gnafron que casi siempre está borracho; es zapatero y viste un delantal de cuero y una gorra de seda. Estos tres personajes tienen sus enemigos constantes que son el juez y el gendarme. La representación termina siempre con los garrotazos que Guignol y sus compañeros dan al juez y al gendarme, con gran contento del público. Por eso una de las características de estas marionetas es el presentarse con una porra debajo del brazo. Las historias pueden variar en el contenido pero la estructura y el final son siempre iguales y es así como los espectadores lo quieren. El final es siempre a garrotazos
Tipos de marionetas o títeres
Los títeres de guante a su vez se diferencian en el manejo:
- Clásico: dedo índice para la cabeza, corazón y pulgar para los brazos (a veces también meñique y pulgar)
- Catalán: dedo índice, corazón y anular para cabeza y hombros, meñique y pulgar para los brazos.
- Japonés: la cabeza lleva en su base una bola que se sujeta entre los dedos índice y corazón y las manos van enganchadas directamente en los dedos pulgar y meñique. El traje va colocado posteriormente sobre la mano.
En sus orígenes, el espectáculo de títeres de guante era rudo y violento. En Sicilia, es el teatro de Polichinela: elemental y enigmático rito de lucha y muerte, que recibe otros nombres en distintos países: Punch y Judy en Inglaterra, don Cristóbal Polichinela en España, Petruska en Rusia. En todos ellos el protagonista dialogaba con el público y lo implicaba en una alegre serie de asesinatos que se extendían desde los vecinos hasta los representantes del poder: el policía, el verdugo, y los personajes sobrenaturales: la muerte, el diablo.
Variaciones: Un tipo de títere que se podría considerar como una variación es aquel en que se puede abrir y cerrar su boca, gracias a que es de mayor tamaño y tiene la boca articulada; con la otra mano se mueve uno de los brazos del títere. Para mover el otro brazo se necesita un ayudante.
Títere de peana
aquellas que están sujetos a través de una varilla colocada en su parte inferior a un soporte de madera, al cual que se le denomina "peana". El movimiento de sus extremidades se consigue acompañado de varillas.
Existen títeres de peana simple, generalmente para manipular personajes humanos, y títeres de doble peana para animales.
En su versión más tradicional el títere de peana se desplaza sobre una pista situada por debajo del nivel del escenario y se mueve paralelo a la embocadura, el movimiento se limita a izquierda/derecha y derecha/izquierda. De esta manera los pies de la marioneta quedan al nivel del suelo de la escena.
Aunque también se conocen montajes teatrales que prescinden de la pista o rail y la marioneta se desplaza sobre una mesa o tarima, así el movimiento de las marionetas, además de izquierda/derecha, incorpora también delante/detrás, así como el desplazamiento diagonal.
Otras marionetas
- Títere de hilos para mesa
- Muppets (o "bocones" como se los denomina en México).
- Siluetas.
- Silueta articulada o títere planista
- Sombras
- Sombras opacas
- Sombras traslúcidas.
TITERES
- Que sea movido con un objetivo dramático o "en función dramática". Es decir, todo títere debe aspirar a convertirse en un personaje dentro de una trama y con una función dramática.
- Que su movimiento se realice ante y para un público. Así lo corroboró el norteamericano Bil Baird cuando en 1965 definió al títere como "figura inanimada que cobra vida gracias al esfuerzo humano y lo hace ante un público".
Uso del término "títere"
Sin duda, el uso desde hace cuatro siglos de este término, exclusivo del ámbito geográfico y cultural de la lengua española,[nota 4] lo convierte en un tesoro lingüístico que una vez más habla en favor de la riqueza de este idioma.
Bernal Díaz del Castillo, en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, fue uno de los primeros en dejar referencia escrita de la palabra "títere", al mencionar a un hombre de la comitiva de Hernán Cortés en su expedición a Honduras que "jugaba de manos y hazía títeres".[4]
Los primeros teatritos mecánicos que se mencionan, en 1539 según Varey, son los llamados retablos (por su parecido con las tablas pintadas o en relieve). El término, de origen religioso, se aplicó poco después a los títeres manuales.[nota 5] Más tarde llegarían a diferenciarse ambos teatrillos, quedando el término retablo para los manuales y pasando a llamarse los mecánicos totilimondi, mondinovi o mundinuevo. Covarrubias, en su definición, aclara que el mencionado retablo era la "caxa" (armazón del teatrillo) y no los títeres.[5]
Cervantes se refiere a esta forma teatral en dos ocasiones: en El retablo de las maravillas, entremés de 1615, y en los capítulos XXV y XXVI de la segunda parte de Don Quijote de la Mancha, publicada aquel mismo año.[6] Por su parte, Manuel de Falla compuso en 1923 El retablo de Maese Pedro, con escenografía de Picasso, para los títeres gaditanos de la Tía Norica (una de las más valiosas colecciones de títeres de cuerda de España; muy poco después, para el espacio escénico de los populares títeres de cachiporra, Federico García Lorca escribió el Retablillo de Don Cristóbal.
"Y, diciendo y haciendo, desenvainó la espada y de un brinco se puso junto al retablo, y con acelerada y nunca vista furia comenzó a llover cuchilladas sobre la titerera morisma, derribando a unos, descabezando a otros, estropeando a este, destrozando a aquel, y, entre otros muchos, tiró un altibajo tal, que si maese Pedro no se abaja, se encoge y agazapa, le cercenara la cabeza con más facilidad que si fuera hecha de masa de mazapán."Miguel de Cervantes. Capítulo XXVII de la Segunda Parte del Quijote: El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.
Hay cuatro técnicas mayores en la manipulación de títeres:
- Títeres de guante, también llamados de "funda", de guiñol, de cachiporra, fantoche o títeres habitables, de manipulación directa y desde abajo. Existen muchas variantes y es sin duda la técnica que mejor a subsistido, como lo demuestra el éxito en televisión de los shows de Jim Henson.
- Títeres de varilla o títeres javaneses, de origen oriental (indonesio), considerados un paso intermedio entre el guante y la marioneta. El titiritero usa las dos manos para un solo muñeco, una introducida en él y otra para manipular desde abajo las varillas de los brazos.
- Títeres de sombra, o por lo general de varillas, son figuras planas articuladas (de cuyas articulaciones salen finas varillas para su manipulación), traslúcidas, opacas o coloreadas. El titiritero se sitúa tras una pantalla blanca iluminada por una luz posterior, y pegando la figura a la tela le trasmite movimientos que los espectadores verán como sombras chinescas. Es una de las técnicas más imaginativas y la que más estimula la creatividad del público. Se les atribuye origen indostánico y han arraigado en la tradición cultural popular de países como Indonesia, Turquía, China y la India.
- Marionetas, muñecos manipulados desde arriba por medio de cuerdas o hilos, que partiendo de su cabeza y extremidades van hasta el aspa de mando que permite al operador jugar con diferentes movimientos dando vida al ser inanimado. Se requiere una gran destreza y habilidad en la ejecución.[nota 6]
Otros tipos de títeres
Además de los cuatro tipos más conocidos, de guante, de varilla, de sombra y marioneta (títere articulado movido por cuerdas o hilos), hay otras variedades que pueden funcionar de modo independiente o integrándose en los ya mencionados, como recursos del titiritero.- Títere bufón o marotte, quizá inspirado en el cetro de los bufones medievales; sencillo, primitivo e infantil: una cabeza atada a un palo cubierto por un largo faldón. Su máxima expresión, por tamaño y dificultad de manejo, sería la Marotte a la cintura.
- Títeres digitales (el títere dedal para Mane Bernardo), solo recomendable en espacios reducidos pero de un gran juego pedagógico.
- Títere mimado en el que la mano del titiritero que no sujeta el palo, aparece como mano del propio muñeco.
- Títere de peana o pelele de piso (suelo), del tipo de títeres esperpento, finalmente relacionados con el «body-puppet» o Títere pelele.
- Títeres de mecanismos, más comunes en Europa, cuyos muñecos, manipulados desde abajo con varillas internas (que mueven no sólo los brazos sino también la boca, los ojos, las cejas), requieren la sincronía de varios titiriteros ocultos en el armazón del retablo.
- Títeres plásticos, una de las nuevas vías para el universo del títere, con el concurso de las nuevas tecnologías.