EL COLIBRI El colibrí es un animal único, que tiene la capacidad de obtener su alimento mientras se mantienen volando. Yo rara vez...
EL COLIBRI
El colibrí es un animal único, que tiene la capacidad de obtener su alimento mientras se mantienen volando. Yo rara vez he visto a un colibrí quieto, aunque el año pasado la naturaleza bendijo a mi hogar y una familia de colibríes llegó a hacer su nido en una de las numerosas plantas que hay en casa, ahí nacieron unos nuevos colibríes, los cuales emprendieron el vuelo una vez que crecieron.
Hay algunas leyendas que se relacionan al colibrí, por ejemplo, los aztecas tenían la creencia de que los guerreros que morían en batalla se transformaban en esta pequeña ave la cual acompañaba al sol desde el amanecer hasta el mediodía en su camino por el firmamento.
Hay otra leyenda en la cual se habla de un par de enamorados que pertenecían a tribus enemigas, pero aún así lograban verse a escondidas, hasta que un día fueron descubiertos. La luna, al ver la pena tan honda de los enamorados, transformó a la enamorada en una flor y a su amado en un ave multicolor: el colibrí. Cuando el enamorado le preguntó a la luna en qué flor se hallaba su amada, ella le respondió que no lo sabía. El enamorado confió en que lograría encontrar en los pétalos el néctar de su amada y desde entonces esta ave va de flor en flor sin detenerse hasta el día en que pueda encontrarla.
Desde que tenía unos 10 o 12 años encontré fascinantes los octágonos. A veces les pregunto a las personas cuál es su figura geométrica favorita, pero me ven con extrañeza porque nunca les han planteado esta pregunta. Yo encuentro aburridos a los círculos, a los triángulos y a los cuadrados, ni hablar de las demás figuras geométricas. Yo creo que los octágonos ofrecen más posibilidades que un cuadrado, es como si los cuadrados fueran los 4 puntos cardinales y muchos se olvidan del noroeste, el sudoeste, el nordeste y el sudeste, que serían los espacios que hacen que ese cuadrado se convierta en octágono. Sí, son tonterías mías.
A partir de entonces comencé a sentir cierta simpatía por el número 8 y cuando reparé en que tiene la forma del infinito le tuve más aprecio, no sé por qué.
Los colibríes, además de que son diferentes a otras aves por su singular tamaño y color, y por lo antes ya dicho, su forma de aletear es distinta. Cuando uno ve en cámara lenta el movimiento de sus alas, puede notar que el movimiento es parecido a un 8, o a un infinito (depende de cómo lo quieran ver).